Mi bisabuelo Diego Rey Barquero.



 

Si de algo me siento orgulloso es de mis antepasados entre otras muchas cosas, pues fueron de una casta especial y en memoria de ellos escribiré algunos artículos para que de alguna forma no se pierda su paso por esta vida.

Diego Rey Barquero "Tirito" de la familia de los pieleros que por el siglo XVIII vinieron a Quintana de Galicia y se asentaron aquí. Otro hermano se fue a San Juan del Puerto, Huelva,  y allá se estableció.

Enviudo cuando nació su último hijo,  mi bisabuela  tuvo cuatro hembras y cuatro varones. Así  la mayor Ana tenia quince años, ella le ayudaba en la oficina a escribir las cartas manuscritas de sus negocios y a algunos de los otros los tuvo que poner en pupilaje con familias hasta ser mayores.

Fue un hombre sumamente trabajador estaba hasta altas horas de la madrugada haciendo borradores de cartas que luego las transcribía su hija, decían que fue raro, pero a cualquiera que se le muera su mujer y le quede esa prole …, debía ser muy templado para tirar del carro en unos tiempos tan difíciles como eran finales del siglo XVIII. Él y sus hermanos tuvieron fábrica de curtidos en Quintana, la fábrica de los TIRITOS que pasó a ser de unos ellos, posteriormente a un hijo y después a la viuda, que fue administrada muchos años por su hermano José Sánchez MIRANDA.

Uno de sus hermanos Francisco, me contó el tío Pili, que llegó a Madrid con sus caballerías comprando y vendiendo pieles, a los bandoleros  que en aquellas fecha andaban por los caminos les suministraba piedras de mechero y así lo dejaban seguir, debió de ser un personaje. 

El tío Pili era de la familia de los peceros de Quintana (Canobos) entró a trabajar con mi  bisabuelo  de niño y murió sin dejar de hacerlo  con cerca de noventa, pasó a ser el hombre de confianza en lanas con mi tío José. Calculaba el rendimiento de las partidas exacto, pese a ser analfabeto.

Todos los tiritos eran aficionados a la caza y el tío Diego especialmente a los galgos, tuvo un perro blanco que fue muy famoso, el BOMBA debió ser un fenómeno, tenía el defecto de no tener boca, pero reventaba las liebres corriendo o se entregaban,  él se echaba encima hasta que llegaba el que lo llevará a cazar.

Así me lo contó mi tío Alonsillo el carnicero muchas veces, éste era el galguero mas fino de Quintana y algunos que viven todavía lo pueden asegurar. Veía las liebres encamadas como nadie, ya muy anciano cazaba en los alrededores de Quintana con sus galgos que y raro era el día que no les ponía una liebre. 

 En su casa, hoy mía ,tenia su bodega y su viña en el cerro de la vereda del SOLITO,  todos los años hacia su pitarra y como nota curiosa cuando empezaba a fermentar el mosto le metía al cono  el jamón de un burranco jjjj, según su sabiduría le daba al vino bouket., también  hacía  cerveza para su consumo.  Tenia un palomar que está en mi casa aún como lo dejó, tenía palomos ladrones que raro era el día que no traían alguna paloma, no se cortaba y les sacudía con la escopeta de aquellas que se cargaban por la boca, teniendo las paredes y caballetes del tejado acribillados.

Conservo alguna carta comercial de sus negocios, el exportaba herboristería y pieles a Francia y en una de sus partidas de cabriolas y pastones (pieles de cabrío) hizo suspensión de pago el francés, fue  motivo de arruinarse ya anciano.

Uno de sus hermanos también murió arruinado y el pobre decía. "Ni tengo tabaco, ni tengo papel, ni tengo dinero  ni quien me lo de".

Mi casa la dejo hipotecada y mi tío José la salvó.

El negocio de las pieles siempre fue así, a mi también me arruinó con 30 años.

No quiero pasar por alto el cortijo de los TIRITOS que fue de su hermano Francisco y después de su  sobrino Chobo, su ahijado, que está en los Arrazauces, a tío y sobrino les gustaban el juego de cartas y en una partida el sobrino le ganó el cortijo y las tierras.

El Chobo, perdió siendo joven  en una partida las acciones de la fábrica de curtidos de su padre, le tenía dado poder para hacer y deshacer, en aquella mala racha perdió y se tuvo que ir a África al ejército pues le había tocado por sorteo ir a Marruecos, pero su padre le compró el derecho a no ir por mil pesetas que era lo que se pagaba e iba otro recluta que le hubiera tocado excedencia, y por la necesidad que entonces había se hacía el cambio.

Hacía algunos viajes a Barcelona en los trenes  que tardaban varios días y contaban una anécdota que le ocurrió con el reloj de bolsillo que llevaba. Tenía un representante catalán y le advirtió, don Diego tenga usted cuidado con el reloj que se lo pueden quitar, que aquí hay muchos carteristas, como ?? Mire usted con la cadena que lleva es imposible. Siguieron su conversión y al rato el representante le dice,, me puede decir la hora,, hecha mano al reloj y se lo habían robado. El no daba crédito al contratiempo y con el disgusto prosiguieron su charla. Pasado un tiempo se presenta en la mesa un chaval  de unos diez o doce años con un paquete y le dice:  - Señor Ublac, así se llamaba el catalán, aquí tiene su encargo. Le dio un dinero y abrió el paquete, allí estaba el reloj que se lo había robado al tío Diego.

A este chaval que era carterista estaba la policía tratando de meterlo a su servicio, pues era una eminencia. Solía hacer exhibiciones de ese tipo en aquella cafetería.

Con sus viajes a Cataluña se le había pegado un poco el acento y tenia varias muletillas que empleaba hablando poniendo mucho énfasis en su pronunciación por lo catalán. Una de ellas era. "Verdaderamente es una comparación"" y seguía con su conversación. Otra era " Una piel no vale nada, pero una buena partida muchos miles de duros" , esta la decía también su hijo Marcelino que fue un hombre inteligente y fino como pocos en el negocio de las pieles y lanas  como lo fueron todos sus hijos.  De la nada compró varias fincas de cientos de hectáreas, Fuente Quemada, Los Vuelos y una en la Dehesa de Malpartida así como varias casas y huertas, como he dicho fue inteligentísimo en el negocio.

Le gustaba criar todos los años un cigüeño y cuando estaban ya creciditos mandaba a Diego "Jaca Tuerta" que lo tenia en el almacén trabajando a por uno a los chopos del rio Ortiga. En la calle de las lanchas cuándo tio Diego tenía el cigüeño todos los chavales estaban de enhorabuena pues compraba ranas, lagartos y culebras para el sustento. Esto me lo contó Alonso Sánchez Anguas pielero que se crió en la calle y estaba establecido en Talarrubias,  también me contó que le dijo a varios chavales de la calle que había recibido un pedido y  les compraba " grillas preñadas", se corrió la voz y todos al campo a buscar las grillas, hembras no machos ehhhh, para el pedido que había tenido tío Diego. Cuándo tenían todos sus grillas los reunió una tarde les dice: - Venga a ver que habéis traído. Abrieron sus   latas  con ellas y les suelta: - Pero hombres si os dije GRILLAS PREÑADAS COLORADAS, jjjjj. Ale,  ale, llevarlas donde las habéis pillado. Pero esperar, tomad y les llenó los bolsillos de higos pasados.

Otra vez a Alonso y su hermano Marcelo les prometió una pareja de palomos ladrones. -  Tío Diego cuando nos da usted los palomos?. -Tranquilo Alonsillo que están chicos todavía, hasta que llegó el día, les puso una escalera de palos para subir y cuándo estaban arriba se la quitó y los tuvo hasta el anochecer en el palomar. Luego subió el y les dio una pareja a cada uno.

Y este fue mi bisabuelo Diego Rey, que murió en mi casa sobre el año treinta el último que lo hizo, yo el  último que nació y donde me gustaría morir cuando Dios quiera.






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