De casta le viene al galgo.

Y de casta nos viene a los quintanejos la afición al perro galgo. Os voy a contar algunos retazos de mis antepasados que fueron galgueros y yo también. Mi bisabuelo paterno, Diego Rey Barquero, el tío Diego Rey “Tirito” y sus hijos fueron muy aficionados a los galgos, tuvo un perro macho con gran fama en nuestra comarca, me contaban mis tíos José y Alonsillo “El Carnicero” que era grande como un caballo, de capa blanco y superior corriendo, aguantando hasta reventar las liebres ya que carecía de boca, es decir que las agotaba en carrera o las encerraba y se echaba encima de ellas hasta que llegaban los cazadores y concluía el lance. En una ocasión encerró una liebre en una encina de la Reyerta y el tío Diego Tirito y su sobrino Alonsillo le prendieron fuego para que saliera, la liebre no salió, la encina ardió y tuvo que pagar treinta duros de multa por quemarla. El perro se llamaba “Bomba” y ya viejito en casa les daba pena sacrificarlo, a mi bisabuelo...